
Quien sabe desde cuando la cosa de la foto está estacionada en la entrada del pasaje en que vivo, pero ha sido tiempo suficiente como para que ya moleste. Parece que alguna vez fue una camioneta que funcionaba, pero como pueden ver en la foto, tiene los neumáticos pinchados, no parece otra cosa que una chatarra y por lo demás, está llena de basura por dentro. Hace unos días mandé una queja a la Municipalidad, pero vinieron y dijeron que como es un pasaje "privado", nada pueden hacer al respecto. En eso salió el vecino dueño del aparato, muy molesto por mi "falta de respeto" al haber hecho una queja, y entre otras cosas me dijo que como yo no sé nada de autos, no distingo la diferencia entre chatarra y una reliquia. Me quedé plop, y al igual que Condorito, ¡Exijo una explicación!. No quise seguir siendo tan ignorante, así que busqué la diferencia en el diccionario de la RAE. Y vean qué curioso: chatarra es una máquina o aparato viejo que ya no funciona, mientras que reliquia es un vestigio de cosas pasadas, aunque tiene varias definiciones que se relacionan con santos. Si reliquia es un vestigio de cosas pasadas -venerable por cierto- en realidad parece que esta ex-camioneta podría bien ser una reliquia para mi vecino y no una chatarra como la veo yo, es decir, la diferencia entre una cosa y la otra es subjetiva. Para mi vecino, es una reliquia, y por tanto venerable. Para mi, una chatarra y por tanto desechable. Claro que nunca he visto a mi vecino venerando la camioneta en cuestión, ni siquiera la lava. Quizás por las noches reza pidiendo a algún dios que la cuide, porque él no lo hace. Total que si quiero vivir en un pasaje exento de basura, tengo que darme la lata de recurrir a tribunales, para que un Juez decida qué se hace con la chatarra-reliquia. Quizás pueda aprovechar de demandar al vecino o vecina que todos los días se roba nuestro diario El Mercurio, a pesar de que hasta pusimos un letrero pidiendo que por favor no lo hiciera. Pido disculpas por no escribir sobre el bicentenario, pero la verdad es que no me parece que sea muy interesante, sobre todo considerando que hay Chilenos que todavía viven bajo dependencia de otros, a quienes han robado sus tierras ancestrales y a quienes tenemos bastante abandonados, como por ejemplo los Rapanui. Ellos sí tienen problemas con la chatarra, porque aunque un Juez dijera que un vecino tiene que tirar a la basura un auto que está botado, inservible y lleno de trastos, igual no tienen dónde más ponerlo que dentro de la isla. Así que mejor no me quejo, hay otros Chilenos que están mucho peor. Saludos a todos, y felices fiestas patrias!
Me parece que tu comentario nos refleja un problema que mas alla del asunto en cuestion, deja una vez mas de manifiesto que en la sociedad en que vivimos no interesa lo que le pasa al " vecino", es decir, hay una indolencia respecto de lo que sucede con las personas que nos rodean. Solo parece preucuparnos, cuando los problemas son macros, y ahi aparece la famosa "solidaridad" del chileno.Pero en la vida diaria, lo que pase alrededor, no interesa. Mas aun , esta situacion tiene un corte transversal, en cuanto a edad, ya que se podria pensar que la gente mayor , debiera ser mas preucupada de su alrrededor, pero parece que la vida moderna y sus costumbres del siglo 21,ha producido una evolucion en este grupo gregario, que ya ni los dueños de reliquias respetan a sus vecinos.
ResponderEliminarGUIDO MARCHANT V.
Tienes toda la razón, y por eso lo publiqué. Lamentablemente existe una especie de conducta generalizada de desdén hacia los demás, sean o no vecinos. Claro que cuando se trata de vecinos es peor, porque uno convive a diario con ellos. Hoy día de nuevo nuestro mercurio no estaba. ¡Ofrezco recompensa a quien me informe sobre la identidad del vecino ladrón! Saludos!
ResponderEliminarMi experiencia personal reciente me ha mostrado lo escasa preocupación de las personas por los otros. Esencialmente, pasa todo por ellos y el resto importa bien poco. Entre colegas, entre amigos, entre familiares, etc.
ResponderEliminarPuede ser algo temporal, pero sin duda me ha marcado mucho la falta de este principio en las personas: ponerse en el lugar del otro. Parece que solo importa el bienestar de cada uno y el resto que se joda.
Mi viejo profesor de economía decía que si alguien le causa un mal a otra persona, éste debe compensarla monetariamente. Sino se debía acudir al sistema judicial, pero menos eficiente por los costos de transacción en que se incurre (abogados por ejemplo).
¿Pero no es llegar demasiado lejos? Parece que si. Mi experiencia también me ha enseñado que estos mecanismos y otros menos civilizados son los únicos para dejar bien puestos los incentivos.
Que lastima. Pero somos lo que somos.